sábado, 27 de octubre de 2012

De Cospepandi. Una conversación intrascendente.


Hace unos años, siendo presidente, estuvo Barreda en Villarta, con carpa incluida. Entonces pregunté: ¿Qué ha venido a hacer?…Pues a qué va a venir, me dijeron, a estar un rato con la gente… El pasado veintitrés de los corrientes De Cospedal también estuvo en Villarta. Una visita relámpago, como todo lo que hace en nuestra comunidad. Y digo yo: ¿a qué vino?   Pues a qué va a venir…me dicen, a estar con la gente…¿Con qué gente? ¿Con su gente? Hombre… ¿Vino a solucionar algo? Siempre es bueno que venga.¿Pero es que alguien de aquí la llamó a fin de concretar proyectos a llevar a cabo en el pueblo? Juan, una presidenta no está para eso, para eso están otros…Entonces ¿vino para entretenerse? No, hombre, vino para estar con el pueblo. ¿Es que ella no es pueblo?  Bueno, es presidenta. Pero ¿quiso agradecernos que le hemos hecho presidenta, mejor dicho que le habéis hecho presidenta y a los demás que la soportamos? No, pero si en realidad a lo que vino fue a visitar Symaga…¿Por algún problema en particular? Pues no sé…¡Mira que venir en visita oficial a una empresa de éxito a expensas de nuestros bolsillos tiene bemoles! Tal vez sea así o tal vez le hayan pedido alguna ayuda. Hombre, nunca se sabe. Cospedal dijo que su objetivo es «ayudar a los que quieren emprender y apostar por el empleo». ¿Estuvo para conocer en apenas unos minutos una estrategia empresarial para incorporarla a otras compañias? Su frase es una prueba más de su cinismo. Demasiado bien sabe que quienes montan un negocio lo hacen con el objetivo de poder vivir de él y si es posible, enriquecerse, pero no pensando en crear puestos de trabajo. Y si no que se lo pregunten a su marido. Harías lo mismo si pudieras. Quieres decir que lo que harías tú.  Debió tener el día sensible. Se refirió a los trabajadores como “magníficos colaboradores”.¡Vaya! les adjudica un mérito clase turista. ¿Para cuándo un reparto más equitativo de los beneficios de las empresas? Eso nunca ha sido ni será. ¡Cierto! Mientras que el trabajador piense que debe de estar agradecido con quien le “da” empleo y a él no deben de agradecerle nada aparte de su efímero salario... seguirá siendo así. Y nosotros, como ciudadanos, ¿cómo actuamos?, ¿en qué se benefició Villarta con su visita?..En ná...Pero vamos, que te pusiste el fular y los tacones y te fuiste de Cospepandi. Pues si. Pues eso. Pues eso. Íbamos a despedirnos, cuando se nos acercó una vecina. ¿Que tallll?¡Bien lo de ayer, ¿nooo?!¡ Siiiiii...! No estuvo mal…Si hubo gente, si. Que te iba a decir..¿lo de tu hombre, por fin, qué?. Nada, que lo despiden. Le han asegurado que a los dos meses le vuelven a contratar, pero yaaaa con nue-vas con-di-cio-nes, otro sueldo, otro horario… En fin. Es lo que hay, dije con retintín. La herencia recibida, dijeron. No se porqué, pero la palabra herencia me hizo recordar a la familia Ruiz Mateos.

CITAS PROPIAS
Un gobernante en las plazas de los pueblos y en los mítines es el protagonista de una obra de teatro insustancial. Su éxito radica en que sortea entre los figurantes la posibilidad de convertirse por un momento en actor de reparto y de ahí puede surgirle la oportunidad a algún listillo de sacar particular provecho de la situación.
Cuando un o una gobernante programa un acto para prodigar sonrisas y estudiados gestos, besos y abrazos, dirigido por su personal de protocolo y prensa, trata a los ciudadanos como corderillos que necesitan de su institucional afecto. Yo no voto por eso.
Cuando un o una gobernante acude a una localidad para que le vean y le aplaudan, está pidiendo pleitesía y yo no estoy en la lista de siervos. Para eso que se quede en su casa.
Menos reverenciar a los gobernantes. Son ellos los que nos deben a nosotros lo que son y donde están pero todavía hay muchos que no lo entienden.



viernes, 19 de octubre de 2012

El olvido de J.L.


                J.L. y yo  pertenecíamos al grupo 
               de teatro de la Escuela de Magis-
               terio.  En  una de las  sesiones de 
               trabajo,  jugando  a  preguntarnos
               sobre   nuestra  infancia, J.L.  ad-
               mitió, para sorpresa de todos,que
               apenas tenía  recuerdos de cómo
               había  transcurrido  su vida hasta 
               los diecisiete años.Teníamos vein-
               te  y  en  ese momento  no le crei-
               mos. Durante  un  tiempo nos mo-
               famos de  su amnesia, pero tuve 
               la   oportunidad   de  conocer   la 
               verdad.
            
Con la profundización de nuestra amistad, llegaron las confidencias. Así supe de la crueldad y el despotismo de su padre. Su madre lo utilizaba como moneda de cambio para congraciarse con el padre, exigiéndole al tiempo fidelidad absoluta chantajeándole con el afecto. El hermano mayor le achacaba ante el padre los propios incumplimientos y le impuso la ley del silencio. Tres dictadores  que cincelaron su alma con  latigazos físicos y afectivos ante los que como niño reaccionó desterrando cualquier idea o deseo que les contraviniera y enterrando el hecho de que lo estaban sepultando en vida. Porque, a  J.L., como a muchos de nosotros, le jodieron  la infancia. Hay a quien le asquea la mano que le da de comer y come de ella esperando el momento de la venganza, pero no es su caso. Fue un niño cuyo inconsciente  funcionó en dos direcciones, por una parte “olvidó” la lluvia de golpes familiares que son los que más pueden destruir a un niño  y por otra se especializó en evitarlos a costa de estar siempre dispuesto a dar gusto a sus padres y por extensión a todo el que le rodeaba. Por eso era el hijo que a  las madres de sus amigos les hubiese gustado tener. "Me fue bien”, decía. "Inconscientemente reacciono evitando ocasionar cualquier desagrado a la gente. A veces esa actitud me hace parecer débil, pero en ello radica mi fortaleza". “En más de una ocasión te habrás vendido”, le dije a lo que me contestó con un tajante "no es cuestión de venderse, sino de protegerse". 

Pero lo que sucede, sucede y siempre está ahí. Nuestra vida es como un parque temático en el que retornamos a riesgos y emociones ya experimentadas y de cuando en cuando nos  aventuramos en atracciones nuevas. Una noche de mayo del 76, me invitó a salir de pintadas junto a su mejor amigo F.J. y tal vez influenciado por el clima de euforia que reinaba entre nosotros ante el advenimiento de la libertad, J.L. se confesó decidido a volver a sucesos que conmocionaron su vida y a sacudirse la tiranía familiar. Pero tenía que hacerlo con inteligencia. No es el momento, pero puedo dar fe de que lo hizo.  

                   
                     J.L. me  dijo en  una  ocasión 
                    que  apenas  tenemos recuer-
                    dos de la infancia. Nos confor-
                    mamos  con   pensar   que   el 
                    tiempo es el olvido.  No quere-
                    mos  enfrentarnos   a recordar 
                   cómo nos debilitaron los instin-
                   tos.  Es el precio que pagamos
                   por adaptarnos a la sociedad. 
                   Artificial felicidad.
                    
                   

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                                                   J.L. Confidencias

viernes, 5 de octubre de 2012

A PALOS




                          Al Dios de nuestra imaginación se le fue la mano. 
                           Creó un monstruo al que ni siquiera  pudo aplacar                                con la muerte de su hijo. 
                        La historia siempre ha sido sólo nuestra. 
                       No podemos con nosotros mismos.
                 JS-CG



El martes, 25 de septiembre, a las 23h, sentado frente al ordenador me “vi” arremetiendo, una y otra vez contra la horda policial que en Neptuno apaleaba mi espíritu, mis carnes y mis huesos. Con inusitada velocidad me desplazaba invencible por la plaza derribando a cada robot de uniforme y casco azul oscuro  al que tocaba. “Desaparecí” de los madriles como “aparecí”, sin percatarme de ello. El alivio pulsional producido por mi aventura imaginaria se esfumó rápidamente. La realidad retransmitida en las redes me noqueaba. La estación de Atocha era una ratonera  cuando supe que mi hijo se encontraba en ella. Preocupación, intranquilidad, excitación, alarma, desvelo, impaciencia, envidia y RABIA, una furia como hasta entonces ignoraba pudiese emanar de mis adentros. 

Gran parte de nuestra vida “transcurre” “en” la imaginación. En ella diseñamos el mundo QUE QUEREMOS. La manera en que conjuntamos la realidad “interior” y la “exterior” determina nuestro comportamiento. En el ámbito de lo social, emborracharse de “realidad exterior”, entendida ésta como el orden establecido, conduce al inmovilismo. Cuando confundimos el mundo con nuestro “interior”, caminamos hacia la locura. En ambos casos tratamos con quienes consideran que su estar vital es el que DEBE SER y a menos que se les impida, se comportan intentando imponer su visión, es decir, dictatorialmente. Entre estos extremos encontramos al resto de los individuos en los que su estructuración cognitiva se fundamenta en un bucle dialógico entre ambas realidades con diferentes grados de autocreación  y entre los que destacan los  artistas quienes se embarcan en transformar radicalmente la realidad externa a la luz de la interna y cuyo resultado es una ampliación del campo del conocimiento objetivo y subjetivo de la humanidad.

La plataforma del 25S congregó en los alrededores del Congreso a parte de quienes pretenden trasladar a la realidad “exterior” su visión “interior” contraria a la actual organización política que deja a los gobernantes de turno manos libres para decidir sobre derechos y libertades. Unos ciudadanos que no quieren ser títeres silenciosos y obedientes y que  se han propuesto iniciar un proceso constituyente. Un ataque frontal al sistema que supone un avance en la concreción de objetivos políticos respecto al 15M, pues plantea un proceso pacífico de reestructuración política que comparto, pero cuya consecución exige inteligencia, voluntad, firmeza y sobre todo SACRIFICIO porque 

Quienes detentan el poder institucional no se dejarán desbancar SERENAMENTE.

Aunque el ciudadano actúe sin agresividad física, será SALVAJEMENTE APALEADO por el brazo armado del poder con la anuencia de las maltrechas mentes defensoras del actual orden pseudodemócrata y filofascista.

Un enfrentamiento pacífico con el poder no consiste en salir corriendo delante de las porras policiales sino en  hacerles frente sin devolver golpe por golpe, poniendo una y otra vez la cara, costillas, piernas o brazos, hasta remover la conciencia de una mayoría ciudadana que se sume a sus postulados y no reconozca por activa o por pasiva  como suyos a los actuales moradores de la Zarzuela, la Moncloa y el Congreso. 

Tener enfrente a los poderes financieros, mafiosos y políticos defensores o anuentes del capitalismo radical  que condena a la esclavitud y al desamparo a millones de ciudadanos supone sufrir coerción económica, desapariciones, secuestros y asesinatos, tal y como atestigua lo ocurrido en América latina. 


Desde esta perspectiva, el objetivo planteado por el 25S ¿puede cumplirse? HOY POR HOY yo no estoy dispuesto a la quijotada de ponerme a recibir palos poniendo en peligro mi vida y menos aún deseo que lo estén mis hijos, aunque nunca se sabe...Estoy convencido de que lo mismo diría el 99,999% de la población. Si en el plazo de un año, la UE cambia algo su rumbo y empieza a llegar crédito y comienzan a crearse puestos de trabajo con remuneración de 1000, o qué digo 600 e incluso 400 euros, la incipiente conflictividad social se derrumbaría estrepitosamente y las exigencias de mejorar nuestra “democracia” quedarían en un segundo plano. La experiencia alemana así lo demuestra. La griega indica además que en caso de que se considere necesario para conservar en España este orden que yo califico de injusto, el PPSOE, actualmente en connivencia implícita, funcionará como una coalición de gobierno a la que se sumarán los sindicatos mayoritarios para intentar seguir manteniendo el sistema actual con ligerísimas modificaciones pues para ellos es "el único posible" y "realista". 

Mientras tanto, muchos, radicalizándose, porque cuando vemos peligrar nuestro estatus o nuestra supervivencia, nos inflamamos de emociones negativas. Lo queramos o no, ordenar el “interior” exige alto grado de autoconocimiento y los ignorantes en estas lides, que los hay y muchos, se aferrarán, para subsistir, a soluciones elementales y drásticas. Llegados a este punto cualquier comportamiento es posible, desde la angustiosa sumisión hasta la agresión más cruel y ahí se encuentra otra posible salida al problema que considero necesario evitar: LA VIOLENCIA. Quien no tiene nada que perder sólo puede ganar y lo intentará a cualquier precio. Cómo quienes se encuentren en esa encrucijada lleguen a ser multitud, y va camino de serlo, el conflicto será generalizado. Entonces todos seremos llanto y crujir de dientes. 

 Hay otra salida, nada fácil, pero posible y que merece la pena bregar por ella: 

Organizar un modelo de asedio y derribo que contemple el ataque a los flancos del sistema por los que puede desmoronarse: la desobediencia ante leyes o medidas socialmente injustas, el impago masivo de impuestos para ayudar a los bancos, la retirada generalizada de fondos de los bancos que nos extorsionan con desahucios mientras reciben ayudas públicas,la presión individual y colectiva al político local o nacional para que cumpla con el deber contraído para con sus votantes y no para con sus jefes de filas o los amos del dinero, las huelgas de consumidores, de celo, la presentación de iniciativas legislativas para modificar la ley electoral, la lucha contra el fraude, estimado entre 75000 y 90000 millones de euros y a la que el gobierno anterior y el actual han hecho oidos sordos...etc   Tarea más que ardua, pero imprescindible para tumbar al sistema, porque es impensable tener éxito con la sola presencia en las calles.    

Esta salida supone  trabajar en pos de un cambio de actitud de la mayoría social. El modelo jerárquico o DE MANADA, basada en el más fuerte, en la obediencia al "jefe" condena a los demás a la sumisión silenciosa y demuestra que en la organización del poder seguimos siendo primitivos.  Sustituir el sistema actual por otro  que corrija y compense desequilibrios, en el que cada uno pueda hacer escuchar y valer  su voz  y que propicie la inclusión social sin confundirla con alienante uniformidad, exige una mentalidad nueva apenas visible en capas aún minoritarias de la sociedad. Aún son pocos los "elegidos" . AHÍ ESTA LA LUCHA. 

Quienes perteneciendo a los "de abajo" y no se embarquen ni en la violencia ni en el compromiso pacífico continuarán instalados en la falsa "humildad" del conformismo, sordos  ante   la extensión del sufrimiento social o sumergidos en sus fantasías para compensar los palos legales que llueven y lloverán inevitablemente sobre ellos y sus hijos ante los que llorarán como Boabdiles. Pero la indignidad no reside en la imaginación sino en cómo se vive y, por lo que veo, colectivamente lo hacemos cuan lobos domesticados que ignoran algún que otro porrascazo a cambio de poder acceder a determinados bienes de consumo mientras defienden a mordiscos su exiguo territorio y si llega el caso, las posesiones del amo. ¿Pacifismo?...¡Uhmmmmm! 

...A pesar de todo, es cierto, algo nuevo está aflorando. Aunque probablemente dejará alguna que otra huella y aunque deseo equivocarme estoy por asegurar que será abortado a palos de todo tipo: los de las porras y pelotas de goma, los del descrédito, los de la traición y los del abandono. Aún así es señal de que podemos engendrar en cualquier momento una sociedad diferente y de nuevo habrá quien se ponga a ello.

"Se como quiero que el mundo sea pero no cómo DEBE SER"