jueves, 22 de agosto de 2013

LO QUE NUNCA SE SUSCITA EN CLASE DE RELIGION NI EN CATEQUESIS

Si por algo se caracteriza la religiosidad popular es por el seguidismo intelectual. Todos los que hemos nacido en el seno de una familia católica en España sabemos por experiencia que desde la más tierna infancia, en la escuela y en las parroquias se refuerzan elementos del pensamiento preoperacional como el animismo y el mimetismo condicionando la afectividad del niño a imágenes e historias de la Biblia mediante la participación en ritos y actividades lúdico-festivas en las que se les habitúa a no cuestionar nunca el mensaje que se presenta como incontestablemente verdadero. A mí me costó llegar casi a los treinta y tres años para romper los barrotes de ese borreguismo en el ámbito de lo religioso. Curiosamente mi distanciamiento comenzó, años antes, a partir de unos ejercicios espirituales.

Esta entrada surge a partir de mi interés por exponer la importancia del hecho de enfrentarse a la información presente en los textos religiosos cuestionándola, una actitud que nunca se podrá adoptar en las clases de religión ni en las sesiones de catequesis. En esta ocasión he elegido algunos fragmentos del principio del Génesis, un texto que fundamenta el poder creador del Dios cristiano. La estrategia: plantear preguntas cuyas respuestas dejo para el lector. En su elaboración, como se puede comprobar fácilmente, han influido notablemente textos de Sebastián Agulló -de imprescindible lectura- que desconocía, a los que llegué por asociación de ideas y en los que me he basado para reordenar y completar las anotaciones que tenía. Se puede acceder a ellos a través de los enlaces que aparecen al final del artículo.  

1.1. Al principio creó Dios los cielos y la tierra.
Al principio…Se deduce de la frase que el autor del Génesis considera que Dios existía antes que el Universo y así lo afirman los judíos, cristianos y musulmanes. Pero entonces surgen algunas preguntas. ¿Dios existe únicamente en el espacio que ocupa el Universo? Si es así ¿la expansión del Universo significa que Dios también “crece” o... estaba “encogido” y se va desplegando haciendo que el Universo se extienda con Él? ¿Estamos asistiendo a una expansión de Dios que en contra de lo que se dice no es inmutable?. La siguiente pregunta surge en paralelo a las anteriores: ¿Dios “ocupa” más, es decir es más extenso que nuestro Universo? Si es así, ¿habrá creado o estará creando otros universos distintos al nuestro pues todavía “le caben”?  ¿Podría, en su afán creador, replicarse a sí mismo en una especie de gemación divina y generar otras posibilidades, otros universos?

1.26. Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y …
Por su contexto “Dijo Dios” es una forma coloquial de expresar el deseo divino de crear. A pesar de ello la elección de esta expresión no es casual. El autor quiere dejar claro el hecho, defendido por las iglesias cristianas, de que Dios se pone en contacto con los hombres y éstos, o por lo menos algunos, son capaces de entenderle. Pero, ¿cómo se produce esa comunicación?, ¿Dios se materializa en forma humana, animal, vegetal… y utiliza el  lenguaje de los hombres o bien Dios entra y sale a su capricho en cualquiera de nosotros actuando directamente sobre nuestras neuronas produciendo verbalizaciones e imágenes? Teniendo en cuenta que los pensamientos e imágenes provocan emociones y sentimientos, ¿es la simple idea o imagen de Dios que cada uno se hace el origen del sentimiento de conexión con Él? Si fuese así Él entonces no nos hablaría, sería la idea que nos hacemos de Él la que funcionaría como el estímulo que provoca en nuestro cerebro las alteraciones  propias del estado místico.

2.7. Entonces Yahvéh-Dios formó al hombre del polvo de la tierra, insufló en sus narices aliento de vida y fue el hombre ser viviente.
Polvo y soplo, cuerpo y alma.  Si Dios crea un alma y un cuerpo para cada uno de los nosotros, ¿con qué criterios reparte “talentos” físicos y espirituales? ¿A capricho? Estas preguntas cobran especial relevancia en el caso de los que nacen disminuidos psíquicos: ¿son almas malformadas, con defectos de "fabricación"o…lo que es deficiente biológicamente es su cerebro y por eso su alma no se puede manifestar adecuadamente? Y digo yo: ¿le es tan gratificante crear un ser deficiente o condenar a un alma a no poder manifestarse en plenitud? ¿Resulta dañada el alma en éste último caso? ¿Abre la puerta esto a pensar que no todo lo que hace Dios es bueno?

La pregunta para mí más trascendental la dejo para el final: yo no consigo percibir de ninguna manera mi alma y por lo tanto, localizarla. ¿Alguien lo ha conseguido y puede decirme como lo hace?

2.16-17. Y Yahvéh-Dios dio al hombre este mandato: De todo árbol del jardín podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas, pues en el día que comieres, morirás sin remedio.
La metáfora empleada en este fragmento invita a pensar que Dios manifiesta al autor del Génesis… ¿ ? … que en el mundo por Él creado, el bien y el mal, de alguna manera, están asociados. Independientemente de considerar el Mal como ausencia de Bien o defender que ambos son dos entidades diferentes, lo malo y lo bueno existen en nuestro mundo. Dios no podría crear algo que no esté en Él, luego Dios es Bien y Mal. Es más, en versículos anteriores el autor repite en varias ocasiones que Dios estaba contento con todo lo que había hecho, lo que sin duda, aunque no lo diga textualmente, es extensivo a terremotos y huracanes, ¿o no? Luego el “árbol de la ciencia del bien y del mal” es decir el tándem Bien-Mal, como todo lo creado por Dios, es bueno. Mis preguntas serían: ¿No es esto una contradicción con el mensaje de las jerarquías católicas que se empeñan en catalogar al Dios creador exclusivamente como Bondad? Cada cuál sabemos de los actos de bondad y de maldad de los que hemos sido capaces y lo que nos cuesta ser buenos y que del mal que hacemos surgen posibilidades creadoras de hacer el bien. ¿Será en eso en lo que somos hechos a imagen y semejanza de Dios? Los castigos de Yahveh  descritos en la Biblia son terribles y aparte de que tal vez debamos revisar lo que entendemos por actos buenos, ¿no será más bien que Dios no pudo ni puede hacernos de otra manera? Más aún, teniendo en cuenta lo dicho hasta ahora: ¿no será que el autor del Génesis y sus sucesores en la fe se inventan un Dios para explicar un mundo que desborda a nuestro entendimiento?

Habrá a quienes las preguntas le parezcan inconvenientes. A ellos les diría que el pensamiento que progresa es el pensamiento osado. A otros les parecerán ridículas, a otros insuficientes. Lo acepto siempre que las desmonten,las respondan o las completen con coherencia. Al fin y al cabo no soy un Dios.


LECTURAS RECOMENDADAS.

“Deconstrucción de Dios”. Sebastián AGULLÓ

“Deconstrucción del alma y el dualismo”. Sebastián AGULLÓ

“¿Dios?”. Sebastián AGULLÓ

“El aciago demiurgo”. E.M.Ciorán

sábado, 17 de agosto de 2013

Gentuza

                    "Ni en el explotador  ni en el que 
                  a él se abandona hay humanidad 
                      sino animalidad". JS-CG

Junto al Gigüela, inusualmente vivo este verano,  diviso una pareja de gitanos rumanos. Sus consumidas formas juveniles y sus pieles abrasadas por el sol  transmiten dolor al verlas. Ella recoge agua verdinolenta del caz, él la  toma de un tubo de goteo. La vida les ha negado hasta el agua, pero ¿a quién le importa? Expulsados e hijos de hijos de hijos de expulsados de todos los cielos e infiernos terrenales, llevan desde el nacimiento el estigma de su raza y sobreviven entre nuestras miradas de odio, desconfianza, desprecio o miedo. En estos días venden  sus energías por menos de veinte euros en la cosecha del ajo y llegado el caso tal vez lo hagan en inevitable y ruinoso meretricio porque su incomprensible y embrutecido Dios tampoco les permite ser putos de lujo. Hasta puede que les expolie algún “hermano” de sangre, Gitano de gitanos, “pisaor” de cabezas ya pisadas en las que aún perviven recuerdos de cuando sus tatarabuelos eran vendidos como esclavos en monasterios de Rumania. Entre los imponentes sauces, su coche, una suerte de caballo y carreta de chatarra, su  refugio y su retiro, su nido de amor y su palacio. No están solos. En las cercanías avisto un vehículo más y algo más allá, otro. Entre los tres forman un pequeño campamento en el que las ropas tendidas, efímeras paredes de algodón, les proporcionan una pizca de intimidad a la espera de que las autoridades o el fin de la cosecha les obliguen a desmontarlo tal y como sucede desde hace años, pues “ellos” aparecen y desaparecen en el pueblo como escorrentías de temporada. Andurrean por nuestras calles desde poco antes que las sembremos de colgaduras para celebrar las fiestas de San Juan, aquél que predicaba y bautizaba para convertir al pueblo, en cuyo honor nos vamos de pinchos, cubatas y cañas a bailes y chiringuitos. Y ellos, sin  agua. ¡C´est la vie!. La vie de los que dicen creer en un Dios y de los que no. En eso nos igualamos todos, en el desinterés por las injusticias y en la desgana por no cambiar nada.  
“Villarta está llena de esa gentuza” me dijeron. ¿Gentuza estas gentes que pasan insufribles horas miserablemente pagadas en el tajo en el que hasta les obligan a comer a pleno sol negándoles  un momento de reconfortante sombra? Hoy por hoy las plantaciones de ajos son el tajo de la deshonra. ¡Gentuza quienes les explotan y quienes hacen la vista gorda! Si por bondad entendemos hacer el bien a otro, en el caso de estos ajeros, ni somos buenos ni nos importa no serlo. Como municipio, años ha que no procuramos a estos nómadas de nuestro siglo lo que si procuramos a las plantas: un punto en el que disponer de agua, prueba de que para muchos las creencias o ideologías que dicen profesar son mero entretenimiento de su ¿entendimiento?. "¡Que los echen!", me continuaron diciendo. Sólo queda, dije, un lugar al que aún no los han intentado desterrar, el mar.
                                                                



                                                                

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