lunes, 21 de enero de 2013

Una metáfora de Leonard Cohen


Cuando escucho una canción, a lo que presto atención, de inmediato, es a su música. Nuestro organismo es ritmo continuo presente en la circulación sanguínea, el movimiento intra e intercelular o en el incesante fluir de sentimientos y  pensamientos. Somos “música”, por eso una canción me atrapa instantáneamente si su melodía conecta con mis ritmos vitales. Por la misma razón, el compositor musical crea al  compás de los suyos y su ser se manifiesta en su creación. Con una melodía no se puede mentir, con las palabras sí.

Son escasas las ocasiones en que percibo una conjunción perfecta entre texto y melodía. Cuando eso ocurre la canción se me revela como  una verdad a dos “voces” y me conmueve. Es el caso del majestuoso Halleluyah de Cohen, canción con la que me reencontré hace poco y que me recompuso por dentro. En su letra el autor utiliza el adulterio del bíblico rey David con Betsabé, hermosa mujer de Urías y del que procuró su muerte, como metáfora para expresar que el hombre esclavo de la pasión cae en el desconcierto y obra mal. Cuando reconoce su falta, de su dolor brota un frio y roto Halellujah.  

La metáfora tiene un extenso campo de aplicación. A todos se nos presenta la ocasión de arrebatarnos por una Betsabé que no tiene por qué ser de carne y hueso. El tiburón financiero se apasiona por el dinero ajeno del que procura adueñarse utilizando su astucia bajo la protección de leyes “adecuadas”. El político protofascista se empeña con tesón en apropiarse de la capacidad de decisión de los demás bajo el legalismo de la representatividad y el sectario intenta por todos los medios adueñarse de la mente del otro. Con su comportamiento llegan a ocasionar sufrimiento innecesario. Pero para que puedan entonar un Hallelujah frio y roto es preciso que como David tomen conciencia de lo innoble de sus acciones y eso no siempre ocurre. Muy al contrario, muchos de los responsables financieros y políticos que con su actuación están llevando a la desesperación a millones de personas consideran que hacen lo que deben y a buen seguro que más de uno le estará agradeciendo a Dios su “éxito” o pidiéndole que le ayude a tenerlo. No es algo nuevo. La historia es rica en ejemplos de malvados y dictadores que han ocupado lugar preferente en el templo y un sitio bajo palio, considerándose brazos armados de Dios con la aquiescencia o la pasividad de parte de la ciudadanía. 

Tras esta reflexión, me puse en otra. A estas alturas del siglo XXI, en las sociedades humanas, la inmensa mayoría  de los que sostenemos el imperio de una minoría sabemos que en cualquier momento podemos ser devorados o aplastados. Lo incomprensible es que gran parte de nosotros estemos  temiendo serlo en estado de espera pasiva, algo que ni siquiera el pez chico hace cuando avista al grande, aunque eso sí, entonando  Hallelujahs de agradecimiento por no haber sido engullidos todavía. Al igual que Betsabé se dejó tomar, estamos dejando  que nos despojen de nuestra dignidad de ciudadanos, tal vez esperando a cambio, tener, como ella, la suerte de ser de los elegidos para servir en la mesa del rey.

Como en el resto de España, Villarta, con cuatrocientos parados aproximadamente, está afectada por la crisis a la que nos han llevado y nos están llevando los de siempre. Cuando esto escribo, salvo por la menor afluencia en los puntos de venta y de diversión, apenas percibo en nuestro pueblo detalles que hagan visible esa realidad y menos aún un compromiso comunitario para hacerle frente.  Todos somos responsables de ello, pero unos más que otros. Comenzamos las PACES. Que de su disfrute salgamos con renovadas fuerzas para afrontar individual y colectivamente estos difíciles tiempos. Que estos días de celebración y asueto sirvan para descongestionar nuestras mentes y tengamos la lucidez necesaria para no ser la acomodaticia Betsabé ni el cegado David y en caso de serlo, reconocerlo. Si somos capaces de ello, lo demás vendrá rodado.

           Texto remitido por correo electrónico 
           el 11-12- 2012 para su publicación 
   en el libro de 
           Ferias y Fiestas "PACES 2013" de Villarta de San Juan.




                                                  

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