Leído en el tablón del Ayuntamiento. Pleno extraordinario y urgente para el
día 10. Llego tarde, hoy es 12. ¡Mecachis! Uno
no puede adivinar cuando se le presenta la urgencia a la Alcaldesa. Conecto el
móvil. Google, villartadesanjuan.es. Ni rastro de la convocatoria. ¡Menuda
gracia! Visto lo visto no creo que ningún ocurrente concejal me
regañe en feisbu por no haber asistido al pleno. Por cierto, una página webb en
la que no TIENEN ADJUDICADO ESPACIO PROPIO ninguno de los grupos políticos
municipales ni de los concejales que hemos elegido, para informar de su
actividad pública. ¿Será porque les da pereza hacerlo? ¿Será porque nadie lo ha
solicitado? ¿Será porque no está autorizada su existencia?...
Hago la foto. ¡Mmm¡ La convocatoria tiene aire de suspense. Leo dos
veces el orden del día. Imposible sospechar la causa de tanta
urgencia. Indudablemente se convoca así para provocar curiosidad e incentivar la
asistencia, pero lo dudo porque si hubiese sido esa la intención, se le
hubiese dado más difusión, aunque hubiese sido boca a boca. Observo que se
recuerda a los ediles su deber de guardar reserva sobre la información que se
les proporciona y que no pueden reproducir la documentación puesta a su
disposición. Vamos, que el resto de ciudadanos no podemos ver ná.
¡Transparencia! Espera – me digo – tal vez se trate de salvaguardar los
intereses del pueblo o de algún vecino y por eso sea precisa toda la
discreción posible. Aunque, “mía tú”, tarde o temprano…Como decía la abuela de una prima: “Por noticias nuevas no penéis que ya serán viejas y las
sabréis”.
Pues, sí. A día de hoy, conozco el contenido del citado pleno, aunque no sé
cómo transcurrió. En el pueblo, sobre el particular, salvo los elegidos, "tós" estamos
a dos velas. Han pasado veinte días y ni en el tablón de anuncios
ni la página webb del ayuntamiento figura borrador del acta de la
sesión o cualquier reseña sobre el tema. ¿Por qué será?
Decía Concha Velasco en una entrevista, que a cierta edad, para conservar
un rostro lo más firme posible, hay que despreocuparse de lo abultadas que
puedan llegarse a poner las posaderas, es decir que hay que elegir entre culo y
cara. En tres palabras: comer sin miedo. No sé si fue porque algún concejal o
concejala la escuchó y pensó que había que hacer frente a este problema o
porque está de moda entre los ayuntamientos hacer un gimnasio municipal para
después entregar su gestión a una empresa privada, -que será la que haga negocio-
o con la buena intención de ayudar a que se cumpla la máxima de “mens sana in
corpore sano”, lo cierto es que el equipo de gobierno del
ayuntamiento decidió en el tramo final de la pasada legislatura derribar
tabiques del antiguo centro de salud para crear un lugar donde los villarteros
podamos mantener definidas no sólo las nalgas, sino también brazos,
piernas, pectorales y abdominales y evitar en lo posible dietas que deterioren
la cara y el alma.
Ante tan propicia ocasión para quien como yo ya sufre el ataque de los años, y
encontrándose el futuro gimnasio a dos pasos de mi casa, no era cuestión de
ponerme a despotricar sobre lo inadecuado de la ubicación y otras cuestiones.
De 80.000 euros se hablaba. ¡Coño! Dije. Barato no es, pero ¿resulta caro,
tratándose del bienestar físico y estético de 3.000 ciudadanos? Además, pensé,
las autoridades, cuando dan este paso, a buen seguro saben que no hay nada más
urgente y necesario en el pueblo en lo que emplear esas decenas de miles
de euros. Así que, de manera interesada, esperaba como agua de mayo hacer uso
de semejante “lujo”. ¡Y tan de lujo que va a ser, pues ése era y no
otro el asunto del misterioso pleno! Resulta que había prisa, y al parecer mucha,
para añadir unos cuantos fondos más a esos 80.000 con vistas a la
finalización del gimnasio, ya que no resulta posible hacerlo por menos de
240.000 euros, que junto a la dotación y otras cosillas…ascenderá a los 300.000
más o menos. Pá nosotros, casi ná. Y estoy
por asegurar que el coste aún sería mayor si no hubiesen puesto empeño en recortarlo todo lo posible, lo que
también es de agradecer.
Un gimnasio como el que se presume, será estandarte de Villarta. Por las
redes más de uno y de 40 están al borde del orgasmo divulgando que va a ser el
mejor de los alrededores. Aunque no dejo de pensar –eso es lo malo de estar vivo, que aunque no
quieras piensas– que… ¡estamos cogiendo unas costumbres en Villarta…!
Bueno, todos no, el equipo de gobierno. El auditorio costó casi 600.000 euros
más de lo previsto, el gimnasio supondrá más de 200.000 euros de lo
calculado inicialmente… Oíd, que por mí…si tras los convenientes estudios no ven
otra cosa en la que invertir, hacen bien en moverlo para alimentar negocios y alegrar así,
honradamente, claro, algunos bolsillos. Que tal como están los tiempos…
Decía que aún estoy a medio oscuras sobre el tema. Y es que:
¿A qué se debe la urgencia de modificación del crédito? ¿Qué es
lo que se ha hecho mal?
¿A qué circunstancias se debe el aumento del gasto en un 250%?
¿A qué se debe que se haya retirado de la obra la empresa local que se iba
a hacer cargo de ella? ¿Qué consecuencias para la citada empresa ha tenido ese
abandono? ¿Puede participar de nuevo en esta fase de más generoso gasto?
¿Cómo se va a licitar la obra? ¿Globalmente? ¿Troceándola?
¿Quiénes serán los responsables de adjudicar la licitación? ¿Va a haber
concejales entre ellos? ¿Solo del PP? ¿También del PSOE? ¿Se informará con
precisión y exhaustivamente sobre las razones para la adjudicación?
¿Cómo se va a controlar la verdad en las facturas para evitar “mordisquillos”
o “favores” personales ante el cuantioso aumento?
¿Se va a hacer llegar a la población TODA la información sobre
el proceso? ¿Quién y cómo lo va a hacer? ¿Cuándo ya esté todo decidido y sin
escuchar a los ciudadanos?
Y no menos importante: ¿no hay alternativas? ¿No se debe gastar menos en
este proyecto, como han hecho pueblos de características parecidas a las
nuestras –alrededor de 100.000 euros– y emplear el resto en otras inversiones
económicamente productivas que apuntalen un futuro que se nos presenta difícil?
En situaciones como ésta a alguien debía de preocuparle proporcionar
información y pulsar la opinión de la ciudadanía ANTES de celebrar un
pleno. Si de mí dependiese habría una asamblea informativa en la casa de la
cultura en la que expondrían todos los pormenores de la
situación al menos dos concejales de cada uno
de los grupos políticos municipales existentes. No hablo de un acto partidista,
sino de representantes que se sitúen más allá de las siglas y den cuenta ante
quienes deben, ante los ciudadanos, pues no en vano hemos elegido personas y no
partidos y es a cada una de ellas a
quien corresponde el acta de concejal. Como colofón, se organizaría una
consulta a los vecinos sobre las opciones contempladas.
Estoy por asegurar que algo así, no ocurrirá. Salvo imprevistos, todo apunta
a que pasadas unas semanas, tras unos cuantos dimes y diretes en los face locales, verteremos 300.000 euros de gasto en un
gimnasio, más que decente, estuppendo, inaugurado entre vivas a San Juan o la
Virgen de la Paz, y al que acudiremos en cuchippandi para ejercitar nuestros cuerppazos manchegos. Si
por entonces tengo fuerzas y salud, allí nos veremos,
Ensayando ironía.
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