domingo, 25 de septiembre de 2011

SEPTIEMBRE en sorbos.

 
 
Llegó y pasó. Luminoso y radiante, septiembre ha sido un agosto extendido de tardes calurosas y refrescantes noches pero de inaudito esfuerzo. A día veintitrés ya me había bebido el mes.   



Me lo he bebido en sorbos de preocupación rozando el desaliento. El ambiente mundial no es bueno. Oteo, para la libertad, malos tiempos. Detecto  prepotencia en la nueva presidenta, una discapacidad compartida con muchos de sus subalternos provinciales y locales. Presiento que daremos pasos atrás, sobre todo en “provincias”, donde el imaginario colectivo sigue anclado en el tardofranquismo.  Tiempos de prueba para la voluntad. Pienso en mis hijos y en la inteligente  resistencia…



Pero lo que más me rompe el ritmo vital en estas fechas es el retorno laboral. Sorbos de inquietud ineludible cuando veo cada día cómo  chicos de 13 a 15 intentan dejar atrás su rasgado cascarón infantil. Algunos lo hacen hombreándose entre "hostiaputas" y "cagoendios", recién embarcados en ilusorias fragatas de tabaco, whisky y otras cosas. Timoneles inexpertos e inconscientes de los riesgos a los que se exponen iniciando así la  regata de sus vidas.



Otros me hablan de su odio o de su miedo al padre o al mundo, de su rabia a veces incontenida, de su presente escolar inapetente, de un futuro PCPI incierto y de abandono. Sorbos de desazón que hay que sosegar con atención individual y calma, con la misma naturalidad que la vida los genera.



Muy pocos, pero los hay, hacen ostensible su aislamiento. Corderos que pastan en soledad o con resignación en un rincón, intentando pasar desapercibidos para que no les topen algunos de los Algunos y algunos de los Otros, corderos más fuertes. Sorbos de rudeza y debilidad volcados en un mismo vaso, mezcla explosiva a desactivar con una combinación de auctoritas y fortaleza.  



Sin olvidar aquellos, también muy pocos, de inteligencia límite y sin autocontrol o  ambas cosas y que provocan situaciones inusitadas. Sorbos habituales de perturbación a contrarrestar con serenidad, estudio y vuelta a empezar.  



Suman casi el treinta por ciento. Pero quedan más. Los lamentadificultades. Los “santos” que no lo son tanto. Los sobrevalorados. Los perezosos. Los que te la cuelan.  También hay quien propone, sugiere, echa una mano. A veces, tu tabla de salvación. Compensaciones a esos sorbos de toxicidad múltiple que precisan depurarse cada tarde. Necesaria reparación y renovación psíquica para centrarte, para rectificar, para intentar no volver a errar, para hacerlo mejor. Y eso es esfuerzo. Y eso es tiempo. Y en esas estás (hablo por mí) cuando te dan un sorbo de exquisitez, propio de condesa refinada: “Digas lo que digas  trabajas veinte horas semanales”…Entonces yo también hombreo entre hostiaputas y mecagoenESE.  Micciono y defeco en palabras lo que en palabras me hiere. Liberación.



Se me fue septiembre, como se le fue a estos chicos, como se les fue a sus padres, como se les fue a los políticos manostijeras que en educación parecen ver sólo  números salvo en sus intocables y aumentados sueldos. En Madrid, la católica presidenta crea el “bachillerato de excelencia” pero no se le ocurre crear centros excelentemente especializados en mejorar la formación de los del  treinta por ciento que son quienes más lo necesitan. "Fraterna" interpretación de la parábola de los talentos, que la delata. Pronto a los manchegos se nos propondrá lo mismo y lo votaremos por mayoría absoluta. ¿Puros de corazón?



¿Qué será de ese treinta por ciento? ¿Y del treinta del curso pasado? Un sorbo de desesperanza tras el que me invade un ¡A A A AAAyy! … que me nace en el vientre y  me invade el pecho hasta escaparse por entre mis labios cuan mal exorcizado. ¿Cómo no voy a tenerlo, con estos sorbos?   



Se me fue septiembre, como se me irán octubre, noviembre, diciembre…como  se pasa la vida. En un suspiro. ¡A A A AAAyy!  





DEDICATORIA



A María Antonia Tabasco Rosado y a Juan Manuel López Aranda, maestros con los que compartí proyectos inimaginables de poner en marcha ahora.



Ella, junto a mi esposa, la mujer más radicalmente honesta que he conocido. Apoyo insustituible. Bastión inexpugnable,luchadora incansable. Comprometida y eficaz como pocos. 


El, compañero y amigo siempre. Maestro a quién eché de menos a mi lado desde que dejó Villarta. Vital. Comprometido en lo social y en lo político.



Y como no,  a Mari Paz Camacho Jiménez, a quien conocí en profundidad más tarde. Tan trabajadora, responsable y comprometida, como discreta. Siempre serena, afable y franca. Flexible y a la vez firme como una roca.  



Tres personas. Tres auténticos maestros en mi historia personal y en la de Villarta.





1 comentario:

  1. En esta cuestión se echa en falta la prioridad y el compromiso real y sincero, por parte de los politicos, y sobretodo de los dirigentes del PP con la Enseñanza Pública,que es la de todos pero es la única para muchas personas que no tienen ni la posibilidad ni la oportunidad de utilizar otra.
    La parte de de tu post personal, es muy emotiva.¡Afortunado tú de haber coincidido con ellos-as ! Un saludo

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