Los números son carne de nuestra carne y sangre de nuestra
sangre. Viven en nosotros y por nosotros y sin embargo construimos cantidades
que escapan a nuestra conciencia. Hoy nuestro gobierno ha decidido pedir
prestados hasta 100.000 millones para
tapar despilfarros y desfalcos
bancarios, una cifra para angustiar al débil y agitar al rebelde pero que
apenas son unos céntimos comparados con el valor de los derechos y servicios de los
que nos despojan esos ladrones de vida que son los gobernantes actuales, bajo el auspicio de leyes
para las que no les han votado.
Vivir entre estos
cleptómanos profesionales, desasosiega…hasta que encontremos la manera de
deshacernos de ellos. Es hora de no desfallecer, de espolear las neuronas para
que alumbren ideas con las que enfrentarnos a nuestros domadores. Es el momento
de hacernos fuertes. De los 100.000 puestos políticos que hay en España habría que sustituir a casi
todos. Son de la vieja escuela, de los que hacen y deshacen a su antojo, de los
que una vez elegidos se erigen en férreos directores de nuestra vida. El
ejemplo más evidente lo tenemos en los “nuevos” dirigentes estatales,
autonómicos y locales.
Pero, detengámonos en estos últimos. Son los que vemos cada día
en nuestras calles y plazas y tienen que notar nuestro descontento. Hay que presionarles con nuestras exigencias
para que sus peticiones obliguen a sus “jefes” de partido y no agachen mansamente la cabeza
ante ellos, como hacen hasta ahora. Hay que decirles que recortar en sanidad
nos mata, que recortar en educación nos mata y ellos son cómplices y coautores
de ese magnicidio y que si hace falta moriremos matando. Que lo sepan. Decírselo
a la cara. Decírselo en los plenos de vuestro ayuntamiento y por qué no, también en los bares y en las
peluquerías. Que no se sientan tranquilos preparando sus fiestecitas como si
nada, convocando disparatados referéndums para elegir entre toros o empleo, aprovechando sus puestos en ayuntamientos para
encontrar trabajo a cambio, probablemente de alguna contraprestación
inconfesable, “enchufando” a sus amigos de partido o redactando ordenanzas que
limitan la libertad del ciudadano en las calles. Haced números, no son tantos,
11, 17, 20…nosotros somos 3000, 18000, 30.000…
Buscad adeptos para esta campaña de limpieza.En
España hay cerca de 20.000.000 de personas
entre 19 y 44 años, en la flor de la vida. Reescribiendo palabras de V. J. Wukmir , ¿no habrá al menos, un diez por ciento de entre ellos
que como decía, estén vivos en los mares muertos de su
ambiente, preocupados por lo que
sucede pero no cobardes, inconformistas
pero constructores de nuevos modelos de convivencia, que no utilicen la
política como refugio ante su incompetencia para buscarse la vida y desinfectados del virus capitalista de aspirar a ser profesionales de
la especulación o el consumismo?¿No habrá entre los cerca de 4.000.000 mayores de 60 años, un
porcentaje importante de nostálgicos pero
no pasivos; pensativos, pero no fatalistas y que la fuerza de los años les haya hecho liberarse
del fanatismo y la ley del talión y no teman alzar su voz
contra aquellos que quieren reducirlos a guiñapos en los últimos años de su
vida?
Sí que los hay, solo hace falta aunar esfuerzos. Si una decena de millón es
capaz de hacernos bailar al son de su
dulzaina traicionera, ¿de qué no van a ser capaces los millones de los que
estoy hablando? Es la hora de la alianza de los que se saben fuertes. Si eres
uno de ellos encontrarás el camino para firmarla. Si no lo eres,
considérate el adversario, freno para un futuro mejor y tarde o temprano, si no
lo estás ya, quedarás al descubierto. Créeme, ese será tu infierno.
Entre números
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