domingo, 11 de marzo de 2012

MADRES Y PADRES PARA CAMBIAR EL MUNDO.



Los padres que no cultivan su pensamiento, amamantan a sus hijos en la pobreza de espíritu. No solo no colaboran a que cambie el mundo, sino que son un obstáculo para que vaya a mejor.

Quienes no ayudan a sus hijos a desenvolverse por sí solos, no son buenos padres. Salvo excepciones, hijos dependientes  devienen en ciudadanos con escasa iniciativa , serviles, conformistas y manipulables. En definitiva, débiles. Unos padres así, dificultan que el mundo cambie a mejor.

Si no te sacrificas por nada,  tus hijos no vivirán el valor del sacrificio. Es posible que ni siquiera se sacrifiquen por ti. Así, ¿cómo vamos a cambiar el mundo?

Si tu  esfuerzo fundamentalmente va en la dirección de tu exclusivo beneficio, enseñarás a tu hijo que puede y debe utilizar a los demás para lo que le convenga. Pobre o rico, eres un monstruo y criarás monstruos. Los demás tendrán que defenderse de vosotros o poneros cerco. La violencia está servida. Eres causa de que el mundo no cambie a mejor.

Quien no se enfrenta a las injusticias del poder en la medida de sus fuerzas, es un cobarde. Entre sus hijos habrá quien le imite o le desprecie. En ambos casos habrá hecho un flaco favor al mundo. Los cobardes son escoria.  Los que desprecian a sus padres, fuente de rencor. Impedimentos para que el mundo cambie a mejor.

En verdad os digo que apenas hay padre o madre que crea ser uno de ellos. Este es el verdadero obstáculo para que nuestro mundo vire hacia un destino mejor.

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