Sucedió el 8 de marzo

Sucedió antes de ayer, 8 de marzo. Se había levantado tarde. Puso de punta en blanco y colorete sus cincuenta y tantos años y  salió decidida a “tener el día”. Por la calle se encontró un par de conocidas con un clavel en la mano. Le ofrecieron uno de parte del Ayuntamiento junto con un par de besos y una felicitación por “ser mujer trabajadora”. Ella con una sonrisa y un súbito enrojecimiento lo rechazó diciendo:

-Os lo agradezco, pero lo desperdiciais conmigo. No necesito un clavel de manos de otra mujer para valorarme.

No fue lo suficientemente atrevida para exteriorizar lo que sintió, pero lo dijo para sus adentros:

-¡Cursiladas no, por favor!

Al cabo pasó por el restaurante de las afueras del pueblo ante cuya puerta esperaban a comer sus compañeras de asociación de amas de casa. Repartió adioses como quien reparte rosquillos y sin detenerse más de lo preciso, continuó andando hacia el puticlub cercano. Cuando entró, saludó al marido de su vecina, que por “casualidad” estaba allí y convino con el “encargado” pagar a precio de crisis veinticuatro horas de compañía de las tres putas que no tenían clientes.

Y así, liberadas temporalmente de su esclavitud sexual, la acompañaron al pueblo. Una vez allí, las cuatro tomaron un autobús hasta una localidad cercana. Comieron, merendaron, cenaron, bebieron, bailaron en la más famosa discoteca de los alrededores y la que quiso se tomó con varón las licencias que le vino a cuento.

Me dicen que cuando a la tarde siguiente le preguntaron por el día de la mujer, contestó:

-¡Me fui de putas!

Hoy, el suceso se comenta en el pueblo. Quien le quiso dar el clavel no deja de publicar su desagrado. Se le “chafó” su buena acción. ¡Lástima! Otras no encuentran desconsideración alguna en su rechazo, muy al contrario. Lenguas hay que se sueltan como galgo tras la liebre en descampado. A morder y rápido. Que si le gustan las mujeres. Que si está loca y su hijo tendrá que hacer algo.Que si lástima de dineros,..¡con la gente que hay a la que le hace falta! Que si no hay derecho a que se gaste así la pensión de viudedad que entre todos pagamos…¿?

Hay quienes guardan un significativo silencio. No se mojan porque no quieren andar en bocas, porque tienen miedo de figurar en la lista negra de quienes no son como “la gente de orden” que desde finales de mayo tiene tomado el pueblo.

Yo, desde este momento, me he propuesto hacerle un “discreto seguimiento”. Andamos escasos de quienes nos "obligan" a repensarnos y visto lo visto puede  ser fuente de los más inesperados sucesos. 

PD: En las localidades como la nuestra...

¿Alguien sabe en qué condiciones trabajan las mujeres del club cercano? ¿Se ha preocupado alguien de averiguarlo?. Ese sería un buen clavel.

¿Alguien se acordó el día 8, con hechos, de las mujeres maltratadas que posiblemente hay en la localidad? Un buen clavel.

Tres mujeres que cultivan claveles de los que cambian el mundo.http://www.mujeresquecambianelmundo.org/

Cécile Mulolo. Psicóloga congoleña. Sus claveles son la ayuda y la asistencia a las mujeres violadas por grupos de hombres armados que utilizan la agresión sexual como arma para expulsar a los civiles de tierras ricas en coltán, mineral en el que están interesadas multitud de empresas y gobiernos de EEUU y la UE. Cerca de cuatro millones de muertes en un conflicto ante el que somos ciegos y mudos.

Gilliam Caldwell. Dirige Witnes, organización que distribuye claveles en forma de cámaras de video a estudiantes de periodismo o voluntarios que quieran filmar injusticias en el mundo y difundirlas a través de medios de comunicación. Ha hecho posible la toma de conciencia sobre la trata de blancas rusa, la limpieza étnica en Kósovo, los talleres ilegales de EEUU….etc.

Jody Williams. Premio Nobel de la Paz en 1997 por su trabajo para alcanzar la prohibición de las minas antipersona. La minas antipersona pueden explotar hasta 50 años después de haber sido activada. Se cree que en el mundo hay mas de cien millones de ellas presentes en territorios que han sufrido y sufren conflictos armados. Cada año unas veinte mil personas son victimas de ellas, de las cuales el 85% son civiles.