lunes, 16 de mayo de 2011

Carteles que hablan. Barreda

Viene del post anterior

Desde lejos, me pareció casi negro. De cerca, menos oscuro. Al instante más gris. Un segundo después tostado. Sorprendente. ¿Qué quieres decirme?  

   

El cartel me convirtió en observador de un Barreda que en papal pose e inmerso en un ambiente de luz  de interior de iglesia,  parece dirigirse desde las alturas a una   multitud necesitada del poder de su palabra.   Asemeja  un Juan Pablo I laico. Y entonces me sentí incómodo. Detesto las actitudes paternalistas, de pastor de rebaño que conduce sus ovejas hacia la tierra prometida. Uno puede estar muy convencido de sus ideas y defenderlas pasionalmente al exponerlas a la consideración de sus conciudadanos, pero sin traspasar ciertos límites.Es "Castilla la Mancha quien gana" con él.  Postularse uno mismo como icono salvífico de su tierra, esconde la mayor de las soberbias. Los rediles para humanos tienen un  alto precio: el de la libertad. Si Cospedal desde su artificiosa sonrisa,  se centra en mí para apresarme en el corral de su tramposo liberalismo, Barreda, sutílmente, intenta que me incorpore a esa multitud sin rostro que pende del frasco  de sus esencias a cambio de recibir algo más de cien mil euros anuales. ¡Pobre cantidad para tanta esencia!

A la par que realizaba semejante disquisición, el cartel, en contra de la impresión inicial, me fué resultando elegante, atractivo,inteligente. Quien lo diseñó,  se ganó el sueldo. Color que lo distancia del desacreditado rojo PSOE zapateriano.Logo casi escondido que resulta más decorativo que esencial.Puede decirse que intenta presentarnos un socialista diferente. Ciertamente, un éxito de diseño, pero que a mi me ha desvelado la cara oculta de Barreda. ¡Que diferente a un cartel en el que figurasen personas corrientes preguntándole o hablándole como si de uno de ellos se tratase!  


Situarse en las alturas dificulta la visión, incluso ciega a veces. En mi imaginación surgieron aviones de papel surcando momentáneamente el cielo calatravo para inmediatemente caer en picado a tierra.  Don Quijote  creyó ver  gigantes donde había molinos. Sospecho que Barreda creyó que transitarían hasta dos millones de personas por unos terrenos que todavía permanecen desiertos. Las intervenciones de su gobierno y de CCM en el desarrollo del fallido proyecto así lo atestiguarían. Lo preocupante es que tras semejante fiasco, y tras cualquieras otras medidas políticas equivocadas que a buen seguro, por su condición de humano ha tomado, Barreda, por decisión propia, siga empeñado en mirarnos, como lo hace, desde el ángulo superior derecho de su cartel. 

1 comentario:

  1. Efectivamente el cartel(artísticamente hablando) es muy bueno.Después de leer tu análisis y opinión, diré, que estoy de acuerdo contigo. ¡Habla mirando hacia abajo!como si se dirgiese a niños o a personas muy bajitas. Yo preferiría que me hablase a la misma altura.A su favor diré, que el movimiento de las manos (señal de dialogo) me parece importante.Respecto a los fallidos proyectos, pienso que por ser tan ambiciosos, tan atractivos,...tan fantásticos( me refiero a los proyectos) corrían grandes riesgos y al final nos vemos sin Reino y sin Cielo..!En fín!Pero ....¿Y si hubiese salido bien....? Un saludo

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